jueves, 23 de abril de 2015

23 de abril de 2013

Hoy hace justo dos años de mi TE negativo después de mi último tratamiento de fertilidad.

Era la última oportunidad que me daba la SS y fue una beta espera muy dura, cargada de ansiedad y nerviosismo pero a la vez llena de positivismo; quería que saliera bien , deseaba que saliera bien, pensaba que ya había sufrido mucho, ya había visto muchos negativos y necesitaba que esta vez la historia tuviera final feliz.

Pero no lo tuvo. El señor montañero (mi marido) y yo tuvimos que enfrentarnos a ese negativo; pero no era un negativo cualquiera era "el negativo", donde se ponía fin a nuestras ilusiones y a nuestras esperanzas de ser padres. Con él se terminaba una dura etapa de nuestras vidas.

Ese día lloré mucho , o lloramos, pero sólo de pena, mucha pena, la rabia ya la había dejado en los otros procesos de IA y de ICSI. Una pena que invadía el corazón de pensar que nunca cumpliría mi sueño. El corazón se me partió en mil pedazos.

¿Por qué? ¿ Por qué me estaba ocurriendo esto a mi? ¿ Por qué el destino me ha jugado esta mala pasada? Desde que tengo uso de razón deseo ser madre. La de veces que podré haber dicho a mis amigos "si yo el día de mañana no puedo tener hijos, para mi va a ser un palo muy grande", y vaya si lo ha sido.

Fue nuestra última oportunidad. Los médicos ya no querían, según ellos, ya no podían seguir con más tratamientos. Con un diagnóstico de Esterilidad de Origen Desconocido todo era ambiguo y sin ninguna esperanza.

Llorábamos y nos consolábamos el uno al otro; yo intentaba ver el lado bueno, tenía que ser fuerte; no era un problema mío era un problema de dos y tenía que sacar fuerzas de flaqueza para que el montañero no me viera tan hundida; se me parte el alma cuando veo su cara cuando estoy llorando por no tener niños.


Después de haber llorado mucho y haber intentando superar el mal trago, aprevechamos el día festivo en nuestra comunidad,para dar un paseo con el solito de la tarde; nos cogimos una bolsa de pipas y nos fuimos a un parque al lado de casa. Cual fue mi sorpresa cuando nos encontramos con los vecinos embarazadísimos...., pero¡¡¡ no puede ser!!!! ¿¿¿desde cuándo están esperando un bebé??? y por esa barriga que tiene están a punto de tenerlo. Otro disgustón que me llevé, qué puñetera casualidad.
El niño nació a primeros de mayo. Hoy desde el salón de casa estoy oyendo cómo le están enseñando a cantar el cumpleaños feliz. Y eso ha sido lo que me ha hecho venir hasta el ordenador a escribir esta entrada.

Pero estoy tranquila y ni siquiera he llorado; lo mismo estoy empezando asumir lo que me ha tocado vivir. El tiempo pasa y ya se acaban definitivamente todas las esperanzas y la posibilidad del  milagro. La fecha límite que me puse para seguir intentando ser madre llega a su fin, sólo me quedan 9 meses, qué curioso, justo lo que dura un embarazo.

Agradeceros a todas las que os pasáis por mi blog (bien en silencio o bien dejando comentario). Saber que alguien "escucha" mi historia me está ayudando a superarlo.




8 comentarios:

  1. Que entrada mas dura :( que injusto es esto. Solo puedo mandarte un abrazo gigante.

    ResponderEliminar
  2. cuanto siento que todo sea tan injusto, un beso

    ResponderEliminar
  3. Entiendo muy bien lo q dices. Yo tb me he sentido así muchas veces. Muchos ánimos 😙 😙

    ResponderEliminar
  4. Hola! Quería comentarte una cosa en privado, si tienes un mail donde te pueda escribir me encantaría poder hablar contigo! Un saludo!

    ResponderEliminar