jueves, 27 de agosto de 2015

Gracias Bea, gracias Ana

Bueno pues parece que esta semana tengo ganas de escribir...

Lo primero quiero agradecer a Ana y a Bea  (qué curioso dos de mis mejores amigas se llaman Ana y Bea) sus comentarios en la entrada anterior que han hecho que me anime a escribir este capítulo:

Mi primera Fecundación In Vitro, en realidad mi primera ICSI.

Después de haber pasado por cuatro Inseminaciones Artificiales en las que hubo de todo, alegrías, penas , risas, lloros, muchas esperanzas , muchas desilusiones,inyecciones..muchas inyecciones y hormonas de todo tipo (menopur,gonal, ovitrel, progesterona...) nos enfrentamos a nuestro primer tratamiento de Fecundación In Vitro.

Estuvimos poco tiempo esperando (3 o 4 meses) pero llegamos con la esperanza de que sería la definitiva o por lo menos en la que íbamos a tener un porcentaje más alto de quedarnos embarazados.

El tratamiento se me hizo un poco largo porque tuve que estar un mes tomando anticonceptivos  y justo acababa de tener la regla y tuve que esperar casi un mes para empezar con ellos. Y luego lo de siempre ,la medicación, los controles de los folículos, análisis cada dos días para ver el nivel de las hormonas....; todo iba genial. Yo estaba respondiendo fenomenal al tratamiento y la punción fue bastante pronto (el día 12 o 13).

Antes de la punción tuvimos una charla con la embrióloga donde nos explicó todo bastante bien. Las posibles complicaciones que podía haber, la calidad de los embriones,...ect.

Me sacaron 8 o 9 ovocitos de los que 6 fueron maduros. No pude llegar más contenta a casa. Me llamaron justo cuando estaba saliendo del hospital y pasé el día como en una  nube. Estaba radiante de felicidad y no paraba de dar vueltas de qué decisión sería más correcta: tres intentos de dos; seis intentos de uno ; dos de dos y dos de uno...; mi cabeza no paraba de dar vueltas a las probabilidades de éxito. Casi estaba segura que en la primera lo iba a intentar con dos porque para mi era perfecto tener mellizos, así mataba dos pájaros de un tiro.

La mañana siguiente a la punción fue muy larga esperando la dichosa llamada de la embrióloga en la que nos iba a decir el número de ovocitos fecundados. Miraba el móvil cada minuto, esperando la llamada.... Por fin, suena el teléfono. Me temblaban las manos, las piernas...todo. Nunca olvidaré esa frase :" HAN FECUNDADO CERO OVOCITOS". Se hizo un silencio porque la palabra "cero" no la asimilaba en ese contexto. Y la siguiente fue."LO SIENTO, NO HA FECUNDADO NINGUNO".

En esos momentos el mundo se paró. Estaba sola en el salón de mi casa pero parecía que era una escena surrealista y que eso no estaba pasando; por un momento dudé  si estaba soñando. No lloré, el impacto fue tan brutal que ni siquiera pude reaccionar. Ahora recordándolo me veo con mi chandal de estar por casa, medio doblada de los gases que me había producido la punción, con el teléfono en la mano y la mirada perdida y pensando si había escuchado bien.

Lo peor vino una hora después cuando mi marido llegó a casa (porque no tuve el valor de decírselo por teléfono) y darle la noticia. Pobre hombre, le dije que no había fecundado ninguno y su respuesta fue : "venga, anda dime la verdad, ¿cuántos han sido?".

Sin duda, ese ha sido uno de los peores momentos de todo el proceso de fertilidad. La posibilidad de que no fertilizara ninguno no se me había pasado por la mente ni un solo momento y fue un golpe muy duro.

Y esa situación fue la que me hizo coger miedo a los posteriores tratamientos. Hubo otras dos ICSI. En la segunda tuve la "suerte" de responder mal al tratamiento y sólo conseguí dos ovocitos maduros. De dos fecundó uno, de calidad A . Hubo transferencia , pero no embarazo. En la tercera hubo 7 ovocitos buenos, sólo fecundaron dos pero uno tuvo malformación genética (creo, o algo así) y sólo se salvó uno de calidad D. Hubo transferencia , pero no embarazo. Y ahí, la Seguridad Social tuvo la gentileza de dar por finiquitado mi proceso de infertilidad en el que me fui a mi casa con un informe en el que el diagnóstico era : EOD, Esterilidad de Origen Desconocido. Y se quedaron tan a gusto.







martes, 25 de agosto de 2015

No sé si volveré...

Bueno pues después de un parón de bastante tiempo, por fin, me he decidido a entrar en el blog; hacía tanto que no lo veía que ya ni me acordaba cómo se escribía una entrada nueva y mucho menos que tenía una en borrador desde hace muuucho tiempo, la cual la acabo de eliminar.

El principal motivo de este abandono ha sido la falta de tiempo; pero también tengo que admitir que el hecho de empezar a contar mi historia empezó a remover muchas cosas que me hacían sentirme mal. Este blog lo abrí para curar mis heridas no para sentirme peor. Y el hecho de estar leyendo blogs que casi todos tienen final feliz no me ayudaba mucho. Pasé unos días muy malos pensando en que tenía lo que me merecía ya que , lo mismo, no he luchado lo suficiente para poder ser madre. Que no me he gastado el dinero que no tengo en tratamientos que ni siquiera sabía si iban a tener resultado (si sigo con el blog, que me estoy planteando cerrarlo, algún día contaré por qué  me planté en el momento que me planté).

Os tengo que decir que en estos momentos estoy bien, relajada, los ataques de ansiedad han ido disminuyendo, aunque no han desaparecido y hay días que hasta pienso que empiezo a ser feliz otra vez, o quizá, mejor dicho, que tengo días felices.

Hemos hecho amistades nuevas que nos ayudan bastante, aunque ellos no lo saben, porque ni siquiera saben que hemos luchado durante 6 años por ser padres, algún día se enteraran. Pero son las amistades perfectas; compartimos aficiones y , lo mejor de todo, no tienen ni van a tener niños, con lo cual eso ayuda bastante.

Acabo de cumplir 39 años. Edad difícil, tengo el 4 asomando que me da un pavor tremendo y no quiero decir a nadie (que no lo sepa) los años que tengo. Empiezo a asumir mi vida sin hijos. Ya soy capaz de ver a un bebé sin ponerme a llorar; ni si quiera me sentó mal el último embarazo que me han anunciado. Tampoco lloro cuando me baja la regla. Ya soy capaz de tomar un ibuprofeno sin pensar que lo mismo estoy embarazada y afecto al feto. Creo que he dejado de ser esa" loca psicótica" que cada mes estaba convencida de que todos los síntomas premenstruales que tenía eran el anuncio de un embarazo. Por primera vez empiezo a imaginar mi vida sola con mi marido. Triste pero es la realidad. Con casi 40 años me tengo que plantear ciertas cosas que me duelen, pero es lo que hay.

Es la tragedia que me ha tocado a mi. Otros pierden seres queridos, o les toca pasar por una grave enfermedad o lo de algún familiar cercano...., cada persona tiene su propio drama.

Al fin, me doy cuenta que lo que me ha pasado es muy grave, lo peor que me ha pasado en la vida, pero ,si miro a mi alrededor, hay gente que lo está pasando mucho peor que yo.

Esto no quita que tenga mis bajones y que me siga costando entender el porqué algo que resulta tan fácil para el resto del mundo yo no lo haya podido conseguir; pero analizando mi vida no soy una chica con suerte, las cosas no me han salido muy bien. Ni siquiera con este blog he tenido mucho éxito , porque la verdad, no sé si lo leerá alguien más que yo.

Por cierto, de momento no me apetece seguir contando mi historia y ya no sé si la haré. Puede que algún día me anime a contar alguna de las situaciones vividas en esos largos y duros procesos de tratamientos, pero sólo eso, situaciones.

Así que a las que me lean, deciros que empiezo a asumir mi vida sin hijos. Ya estoy empezando a pensar cómo amueblar la habitación que me sobra en casa.

No sé si volveré...,